domingo, 6 de diciembre de 2009

500 METROS DE SENTIMIENTOS


Decir la cá Altamirano ya implica una inflexión de la voz. Un madrileño nunca dice "calle de Alcalá" sino "cál - calá" , de la misma manera que tampoco dice "vivo por la zona del palacio", sino "vivo por la zona de palacio".

La calle Altamirano baja desde la de Princesa y sube desde Rosales. A su mercado acudía Don Pablo Neruda, que venía de la casa de las flores. En esta calle se han criado y creado muchos poetas, ha sido calle masónica, pues aquí estuvo el Gran Oriente, en el nº 28 y en plena etapa de Franco, lo de decir "dictadura" sería un piropo. Además, la calle ha sido barrida por la guerra, ha llegado a contar con unas veinte barricadas de sacos terreros y adoquines, ha sido bombardeada por las "pavas" alemanas de Hitler, hecho que plasma la fotografía, amén de los regalos de las tropas sublevadas que, desde la Casa de Campo ofrecían a los madrileños en forma de obuses y piltrafas metálicas.
Pasen y vean estas cosas de las que les hablo.