sábado, 29 de enero de 2011


Calle Altamirano nº40 y 42. Aquí los destrozos son mayores, dada la cercanía a la Casa de Campo y a la artillería fascista. Hubo una farmacia en el nº 40. Luego vendría una reparadora de medias de nylon y una panadería, amén de frutería.
Las Imágenes lo dicen todo

jueves, 27 de enero de 2011

UNA CALLE MÁRTIR


Pues no sé si el título es correcto o no. Entre ser mártir y ser "martirizado" no sé qué diferencia hay. Por lo visto, un mártir es alguien que acepta su martirio sin retractarse de sus motivos, causa por la que hay pocos mártires en el mundo, la mayor parte de los que nos presentan como tales "mártires", no son sino gente asesinada.
Bueno, pues las dos fotos anteriores son el hoy y el ayer de Altamirano números 11, 13, 15 y 17. Ahí están ahora los frutos secos y alimentación de Víctor, "La Carmencita", el bar Risol y el locutorio telefónico. Antes hubo una tienda de bragas y una fábrica de bombillas.




La calle Altamirano ha sufrido como pocas el castigo de la guerra civil, y en particular, de la aviación nazi. Sin duda, antes que cualquier calle de cualquier ciudad del mundo, la calle Altamirano supo qué eran los Junkers y sus bombas brutales. vamos a exponer fotografías de entonces y de ahora. Es un ejercicio de reflexión y un merecido homenaje a los que resistieron aquella barbaridad.
En este caso, no es la calle Altamirano, sino su transversal Martín de los Heros. En concreto el nº 83, que coresponde hoy en día a la casa donde se ubican la papelería Enco y el bar "La Reguera", medio edificio al suelo!

miércoles, 19 de enero de 2011

LOS CANDADOS AMOROSOS


Los candados tienen parte de bronce, y además el hierro que contienen es en forma de acero, con lo que su precio en venta de chatarra está: BRONCE=8,5 €/Kg y el hierro en acero a unos 4 o 5 €, dependiendo si está limpio o no. Esto se ve en los desguaces de Vicálvaro o de San Martín de la Vega, maravillosos escaparates de lo que debería ser el llamado "reciclaje", que no es sino llenar los cubos de la basura como si fuera un regalo a la naturaleza... Luego vienen los del camión de la basura (R.S.U) y los tiran todos al mismo vientre, exceptuando si son electrodomésticos.
A lo que iba, que es lo de los candados: sabéis que en el puente de la reina Victoria también se llenan las barandillas de candados?, del mismo modo que las rejas del Campo del Moro (aquí los retiran) y el Retiro.
La verdad es que es gracioso cómo una novela famosa dá lugar a comportamientos. Expondré dos costumbres-chorras que acontecieron en Asturias.
El cantante Victor Manuel hizo una cancion (eran dos niños) en la que un guardia les pone una multa por mear en la escalerona de la playa de Gijón... Bien, no tandaron, y yo entre los primeros, en hacer pis por las noches en la escalerona y aliviar la vejiga de sidra... No hubo más remedio que dejar que la escalerona oliera horriblemente durante un año aproximado que duró la fama de la canción.
El también cantante asturiano Vicente Díaz, cantaba que "cuando llegues a Pajares, coge una piedra de León y arrójala al barranco que hay, que es provincia ya de Asturias, de modo que nuestra tierra crezca de "ralu en ralu"...O sea, poco a poco. Efectivamente, el barranco del parador de Pajares se llenó de piedras, algunas enormes, (dependiendo del amor a la tierrina), que llegaron a amenazar con caer a la vía del tren.
Lo del candado, es gracioso cuanto menos, y lo bueno del caso sería que los propios novios, si naufragara su amor, fueran a retirarlos con una segueta de mano o con una cizalla, lo cual también revertería en beneficio de las ferreterías, tiendas muy útiles para mantener a los mariditos entretenidos con el bricolage..

martes, 7 de septiembre de 2010

MI AMOR DEMENCIAL HACIA EL FERROCARRIL-capítulo 1º


Y lo digo, si dicen que los demás humanos tienen un 70% de agua en su organismo, en el mío hay agua en estado de vapor y mucho, no sé cuánto, mucho hierro y mucho acero, que no son lo mismo, y para ello he tenido que estudiarme el famoso diagrama hierro-carbono, con las regiones determinadas, como paises, el país de la austenita, el de la ferrita...

Mi abuelo ferroviario, me llevaba a un lugar medio legendario y desconocido por los demás madrileños, se llamaba horríblemente, por cierto, "Cerro Negro". Allí me recogían las manos callosas y negras de los maquinistas y fogoneros y me sentaban dentro de aquellos dragones de hierro que echaban fuego y vapor, como me decían en el cole que era el infierno. Si no lo saben, los que no hayan llevado una máquina de vapor o no hayan subido a la locomotora, les diré que huele a garage viejo y a arroz. Si, cuando viene un resoplido de vapor huele a arroz, y luego se pone en marcha la máquina y te llegan y te salen emociones, emociones y sensaciones todas al viento, porque lo esencial de todo es conseguir ese movimiento acorde y matemático del escape de los cilindros, ese ritmo tan frenético que te acompaña en todo el viaje.

miércoles, 18 de agosto de 2010

DE CUANDO LOS SESENTA

Aquí en el barrio se notó la entrada de los yeyés una bestialidad. De este barrio era Julio Iglesias, que ya de niño era un poco pesado y se reía sólo creyendo que era muy guapo o algo así. Era un tipo muy raro, simpre estaba riéndose solo y con el padre Jose Luis Alzu, que también sonreía a su lado. El caso es que en el barrio vivían parte de Los Flecos, un grupo que compitió con los Brincos muy honrosamente y sin ayuda de Emilio Santamaría, el padre de Massiel. Los Flecos tenían una canción muy melancólica se llamaba "distinta" y otra muy shaking, que se llamaba "Vales poco para mi".
En la década de los seventies, del colegio de los Sagrados Corazones salieron los llamados "cuerpos y almas", muy apropiado para la época, que cantaban "Rosalía" y por Rosales se hacían ver tocando la guitarra.
La gente lo tomaba un poco a la tremenda y les llamaba maricones, pero ellos estaban henchidos por el gozo de pertenecer a los ungidos por el solfeo y le seguían dando a la cosa sin importarles nada de nada.
Esto es una licencia mía; es decir: como ferroviario, no puedo dejar de enseñar al mundo mundial cómo funciona una máquina de vapor. Mejor dicho, una locomotora, por ello, si la ilustración ha servido de algo, pues bienvenda sea!

Añadiría a todo esto, que la calle Altamirano de Madrid está orientada de modo que si se toma en dirección Rosales-Princesa, el rumbo que se obtiene es 62º, algo parecido a lo que se se necesita para ir a Cataluña o Zaragoza. Por la otra parte, el rumbo es, obviamente de 242º, más o menos lo que daría en Lisboa.
La anchura de la calle, entre pared y pared contraria es de 15 metros y la longitud es de 492 metros.
Dicho lo cual, ya podemos pasar a cosas más generales.