miércoles, 18 de agosto de 2010

Esto es una licencia mía; es decir: como ferroviario, no puedo dejar de enseñar al mundo mundial cómo funciona una máquina de vapor. Mejor dicho, una locomotora, por ello, si la ilustración ha servido de algo, pues bienvenda sea!

Añadiría a todo esto, que la calle Altamirano de Madrid está orientada de modo que si se toma en dirección Rosales-Princesa, el rumbo que se obtiene es 62º, algo parecido a lo que se se necesita para ir a Cataluña o Zaragoza. Por la otra parte, el rumbo es, obviamente de 242º, más o menos lo que daría en Lisboa.
La anchura de la calle, entre pared y pared contraria es de 15 metros y la longitud es de 492 metros.
Dicho lo cual, ya podemos pasar a cosas más generales.

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